Rodeado de admiradores de todas las edades, Paco Ibáñez ha participado también en un encuentro en directo con eldiario.es de Castilla-La Mancha (eldiarioclm.es), medio colaborador del certamen. Ha querido recordar muy especialmente su infancia en el País Vasco, momento en el que se forjó su personalidad, una “intuición” que le ha acompañado hasta ahora. Ese mecanismo que, ya en el exilio, le hizo acercarse a las canciones de Georges Brassens. De ahí a Góngora o a García Lorca hubo solo un paso más. “Todo sucedió por contagio”, nos explica, por un libro de fotografías y un verso. Ahí comenzó a poner música a la poesía, desde Quevedo hasta Celaya, desde León Felipe hasta Blas de Otero.
Esa fue su lucha particular por la libertad y le costó volver a abandonar España cuando la dictadura de Franco comenzaba a agonizar. Regresó cuando el dictador murió y se tomó la revancha, aunque siga entristecido por los pasos dados hacia atrás.
“Para mí sigue todo presente, la dictadura, la represión, el exilio y la sensación de que no hemos salido del franquismo. La ordinariez no ha salido de este país todavía. Seguimos sufriendo esa falta de curiosidad, ese conformarse con partidos de fútbol”, lamenta. De hecho, cuenta que era muy aficionado a los deportes hasta que en 1995 coincidió el genocidio de Srebrenica -durante la Guerra de Bosnia- con una de las carreras de Miguel Indurain en el Tour de Francia. “Todo el mundo estaba pendiente de las cachas de Indurain mientras había sucedido lo otro. Me pareció una obscenidad no tener conciencia de que lo que le pasaba a los demás. Y sigue pasando con los que están intentando salvar su vida huyendo de la guerra: el fútbol es ahora el bálsamo de la gente como sucedía con con Franco , remarca. Esa fue su lucha particular por la libertad y le costó volver a abandonar España cuando la dictadura de Franco comenzaba a agonizar. Regresó cuando el dictador murió y se tomó la revancha, aunque siga entristecido por los pasos dados hacia atrás.
El cantautor lo repite en varias ocasiones. “La censura más grande que han conseguido todos los fascistas es la indiferencia de la gente. Salvo algunas excepciones, no hay un afán de lucha, de conciencia. Vivimos con el ‘no pasa nada, no pasa nada’, contribuyendo a una sociedad amorfa, invertebrada”. “Nos llueve la indiferencia”, agrega después.
La recordamos a Góngora. Sus versos ‘todo el mundo le es mordaza, aunque él por señas se queje’ y dice que romper ese silencio, despertar de la indiferencia, solo puede producirse “abriendo los ojos y manteniéndolos abiertos sin miedo”. Es un mensaje que también le gusta transmitir a los más jóvenes. “Si no, no te enteras, te pasarás la vida comiendo, bebiendo y viendo fútbol, y pasarás por ella sin haber hecho nada”. Eso es lo contrario del ‘A galopar’ de Rafael Alberti, que quiere que siga sirviendo para los más jóvenes. Menciona a Podemos como una esperanza para estas generaciones, “aunque cojean por el lado leninista, si les quitas eso, ellos tienen realmente la conciencia de que esto no se puede aguantar más y quieren cambiar las cosas”.
También dedica palabras de elogio al Festival Voix Vives. Considera que sacar la poesía a las calles es “un ejemplo de todo lo que le están robando a la gente”. El verso libre contra “las capas de televisión y publicidad, que todo lo tapan” y que provocan que “casi sin darnos cuenta, nos alejemos de la poesía, que es lo mismo que alejarnos de nosotros mismos”.
Fuente y leer artículo completo en el siguiente enlace :http://www.eldiario.es/clm/VIDEO-Paco-Ibanez-Sigo-franquismo_0_682432071.html
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