PEOR ES NADA. PEOR ES NADA. PEOR ES NADA. PEOR ES NADA . PEOR ES NADA. PEOR ES NADA.

martes, 6 de septiembre de 2016

aliados de la luz

“Si junto a tu biblioteca tienes un jardín, ya no te faltará de nada” (Cicerón).


“Los jardines”, escribe Santiago Beruete, “están asociados en la mente de las personas a vivencias como la calma, el silencio, la serenidad y otros ingredientes imprescindibles en la receta del bienestar y del bienser. (…) El contacto con la naturaleza produce un efecto benéfico, apaciguador y regenerador. (…) Los entornos verdes ayudan a restaurar el equilibrio interior, alivian nuestros maltrechos corazones y mitigan la tensión, la ansiedad y las preocupaciones que emponzoñan nuestra vida diaria”.
Y concluye en las páginas finales de su libro: “Contrariamente a la cultura del dinero presidida por la velocidad y la idea tóxica de que el tiempo es oro, la jardinería promueve la paciencia, es decir, enseña a soportar la espera. Una de las más importantes lecciones que se pueden aprender del jardín es precisamente esta: hay que sembrar para cosechar; germinar para florecer; esperar para retoñar”. Y remata ya al final de este ensayo de más de 400 páginas: “Cultivar un trozo de tierra tal vez sea una de las pocas formas de defenderse contra la mercantilización de todas nuestras actividades. Huertos y jardines construyen espacios de resistencia en una sociedad desaforadamente consumista como la nuestra, porque su razón de ser escapa por ahora a la lógica de la maximización de beneficios y al dominio de la multitarea, la velocidad y la inmediatez de las tecnologías digitales. En ellos, los valores dominantes no son la productividad, la eficiencia y el éxito material sino el cuidado, la contemplación meditativa y el gozo sensorial de la belleza”.













 Por supuesto, frente a una sociedad de aceleración impuesta, el jardín es una oportunidad de entrar en nosotros mismos, de romper con la lógica de la disponibilidad las 24 horas, de las prisas, del mayor rendimiento, del obsesivo incremento de la productividad. Un jardín es una lección de humildad, nos enseña otros ritmos, otros tiempos. Por eso digo que es un genuino acto de rebelión.



Terminamos con un proverbio persa: “Quien construye un jardín se convierte en un aliado de la luz, ningún jardín ha surgido jamás de las tinieblas”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario