Y que cuando nos sobrevenga la muerte. Hayamos desobedecido lo injusto.

 

República es un nombre de mujer.

Hoy, hace 87 años, este país frenó en seco.

Paró y dijo que no al poder más absoluto.

España amanecía en una República.

Se aprobó el matrimonio civil.

Se aprobó la ley del divorcio por acuerdo mutuo de los cónyuges.

Se aprobó la ley del aborto en Cataluña.

Las mujeres votaron por primera vez.

Hoy, hace 87 años, este país empezó a respetar a sus habitantes.

Empezó a teñirse de todo aquello que es femenino y útil.

De amor y de afecto.

Volemos, que el libre
por siempre ha sabido
del siervo vendido
la audacia humillar.

Al golpe de estado lo llamaron alzamiento.

Un alzamiento a la libertad intrínseca de cada ser humano.

Dicen algunos indecentes que nos salvaron de morir de hambre.

Yo hubiera preferido morir de hambre que a manos de mi hermano.

La guerra envenenó la sangre de nuestra sangre.

Y convirtió nuestros hogares en juzgados.

Dicen algunos que todos y todas perdimos por igual.

Por supuesto.

Pero unos murieron defendiendo la libertad.

Y otros, intentando arrebatarla.

Yo hubiera luchado en el bando republicano.

Y hubiera muerto muy rápido porque soy muy torpe.

Torpe pero convencido.

De que hay que intentar frenar ese desprendimiento.

Que supone modificar las vidas ajenas.

Si hubiera sobrevivido a la guerra.

Hubiera muerto en vida en la dictadura.

Atado a una cama recibiendo descargas eléctricas por haberme enamorado de Pablo.

La República fue un intento.

Un salto entre azoteas.

Y un golpe a la mitad.

Una caída de treinta y seis años.

Pero no llegamos a tocar la cuneta.

Justo antes, los omóplatos crujieron.

Españoles, Franco ha muerto.

Y plumas rojas, amarillas y violetas.

E igual que con las cartillas de racionamiento.

Nos devolvieron una alas llenas de polvo y sangre.

Nuestras alas de mujer.

La salubridad de un país se mide por el trato que los hombres dan a las mujeres, a los animales, a los extranjeros y a los bosques.

España debería ser feminista.

España debería ser refugio.

España debería prohibir los toros.

España debería ser exilio.

España debería reducir el consumo de carne.

España debería ser verde.

España debería ser republicana.

Solo con salud se puede recuperar la dignidad.

Solo con memoria se consigue el agradecimiento.

Se lo debemos.

Hoy, que es de nuevo el día internacional del beso.

Hoy que hace más de treinta años que murió una guerrera del verbo como Simone de Beauvoir.

"El esclavo que obedece escoge obedecer."

Hoy tenemos que seguir luchando con lo que tengamos a mano.

Porque su lucha fue para nosotros y nosotras.

Porque nuestra lucha será para ellos y ellas.

Por todas las voces que se durmieron, por los maquis que se escondieron, por las rosas aplastadas, por la pasionaria y su puño, por Lorca, joder, por la madre de Machado, por Miguel Hernández.

Por nuestros abuelos y abuelas que se quedaron sin tiempo para vivir.

Con lo que cuesta que la vida sea.

Solo esta vez.

Volemos.

Y que cuando nos sobrevenga la muerte.

Hayamos desobedecido lo injusto.

Combatido el orden ingrato.

Y vibrado en el hermoso caos.

Escrito por Roy Galán