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jueves, 29 de marzo de 2018

La cuestión es, tú eres tú,

Un par de amigas muy especiales para mí están pasando estos días unos malos momentos ,cada una por sus circunstancias. Quiero dedicarles a ellas esta entrada del blog para que se animen, cojan fuerzas y energía POSITIVA.
Sé que les va a gustar porque ambas tienen sensibilidad para la lectura y para la escritura y por supuesto, para captar  la belleza de las pequeñas cosas de la vida.Desde aquí les doy las gracias a las dos por brindarme su amistad y las experiencias humanas tan preciosas que he vivido junto a ellas.
 ¡¡Va por ellas estos poemas de Mary Oliver y el pensamiento de Penny Rimbaud!!
Felicity (Valparaíso ediciones, 2016) es el segundo libro de poesía de Mary Oliver (1935, Maple Heights, Ohio) publicado en España, siendo el primero Dog Songs, publicado también en la misma casa editorial. Mary Oliver pasa por varios momentos difíciles a lo largo de su vida. Sufrió cáncer de pulmón, la muerte de su esposa con la que había tenido una relación durante cuarenta años y cayó en depresión en estos últimos años. En la salida de este bache depresivo, florece Felicity. Con 80 años a las espaldas, Oliver mira la vida con una gratitud y confianza envidiable, desde la sabiduría entiende que existe felicidad en cada uno de los días en los que vivimos.
Y a creer:
«Me he negado a vivir
encerrada en una casa ordenada de
las razones y evidencias.
el mundo en el que vivo y en el que creo
es más amplio que eso. Y, de todos modos,
¿qué tiene de malo el quizás?
No creerías lo que he visto
Una a dos veces. Voy a
Decirte algo:
Sólo si hay ángeles en tu cabeza podrás
algún día, posiblemente ver alguno».
a creer en uno mismo:
«La cuestión es, tú eres tú,
y eso es todo lo que hay que mantener para siempre».




La comunicación con uno mismo debe darse con honestidad, con actitud de escucha interior. Pero no es fácil en un mundo donde predomina el materialismo, la cantidad, el ruido o lo artificial.  En esta situación, la poeta americana nos dice que nos alejemos para escuchar el alma, que abandonemos el materialismo y el ruido que este nos proyecta y nos acerquemos a la simpleza de un árbol o al canto de los pájaros. El materialismo es, para Oliver, un distanciarse del alma cargándose de elementos sobrantes:

«Cuando me mudaba de una casa a otra
había muchas cosas para las que no tenía espacio.
¿Qué podía hacer? Alquilé un trastero.
Y lo llené. Los años pasaron.
De vez en cuando iba allí y miraba,
sin que nada ocurriera, ni una sola
punzada en el corazón.
Cuantos más años cumplía, las cosas que me importaban
eran cada vez menos, pero más
importantes. Así que un día rompí el candado
y llamé al basurero. Se lo llevó
todo.
Me sentí como el burrito al que
finalmente le quitan la carga de encima. ¡Cosas!
¡Quémalas, quémalas! ¡Haz un hermoso
fuego! ¡Habrá un espacio en tu corazón para el amor,
para los árboles! Para los pájaros
que nada poseen – la razón por la que pueden volar».

Pues sólo yendo ligero de equipaje con el peso del alma y la creencia en uno mismo podremos volar, ver la belleza que reside en el mundo. No es casualidad que el poema que cierra esta primera parte mencione a los pájaros:

«Esta mañana los huevos del pájaro cardenal
han eclosionado y los polluelos ya
pían para pedir comida. No saben
de dónde viene, sólo
siguen gritando, “¡Más!” “¡Más!”
Como si no importara otra cosa, no
han tenido un solo pensamiento. Sus ojos
aún no se han abierto, nada saben
del cielo que les espera. O
de los miles, millones de árboles.
Ni siquiera saben que tienen alas.

Y así, como un sencillo de barrio, un milagro
está sucediendo».


Pero si algo es para Mary Oliver el amor es gratitud, gratitud hacia el sentimiento que nace de su amada y que ella, conmocionada, recibe con el pecho abierto. El siguiente poema es una de las joyas de esta parte:
«Acabo de decirte
algo
ridículo
y en respuesta,
tu gloriosa risa.
son estos los días
en los que el sol
se desliza de vuelta
al este
y la luz en el agua
parece que reluce
como nunca antes.
No puedo recordar
cada primavera,
no puedo recordarlo
todo –
¡son muchos años!
¿Son los besos de la mañana
los más dulces
o los de las tardes
o los de los intermediarios?
Todo lo que sé
es que “gracias” debería aparecer
por alguna parte.
Así que, por si acaso
no puedo encontrar
el lugar perfecto–
“Gracias, gracias”».
Si algo destaca también en los versos de Mary Oliver es la autenticidad de su voz. Explica el mundo desde la sonrisa que crea la paz de la madurez y el saber de la experiencia.
Esta intención de querer ver las cosas bellas del mundo es lo que le acerca a la felicidad. Lo leemos en el único poema de la tercera parte del libro:

Felicity

«Parece que amas este mundo,
“Sí”, dije, “Este precioso mundo”.
¿Y no te importa la mente, que te mantiene
ocupada todo el tiempo con sus oscuras
y brillantes preguntas?
“No, estoy bastante acostumbrada. Ocupada, ocupada,
todo el tiempo”.
¿Y no te importa vivir con aquellas preguntas,
me refiero a las difíciles, a las que nadie puede
responder?
“En realidad, son las más interesantes”.
¿Y tienes a alguna persona en tu vida cuya mano
quieras apretar?
“Sí, la tengo”.
Seguramente entonces debes de ser muy feliz allí abajo
en tu corazón.
“Sí”, dije, “Lo soy”.



2 comentarios:

  1. Estoy segura q tus amigas han mejorado con estos versos.
    Eres medicina para el alma!!!!

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    1. Gracias!! Ojalá sea así, lo deseo de corazón , nadie merece pasarlo mal y mucho menos aún ellas.
      Un abrazo y gracias por tu comentario.

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