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jueves, 14 de diciembre de 2017

Nos han metido en cajas cuadradas

Los wasichus nos han metido en estas cajas cuadradas (…) Es una pésima forma de vivienda, porque lo cuadrado carece de poder. El indio hace todo en círculo, y ello obedece a que el poder del mundo siempre obra en círculos, y todo tiende a la redondez”, recupero ahora las significativas palabras del legendario jefe sioux.



Los hombres, centrados en ganarse la vida, se olvidan de vivir. Ocurre tanto en los lugares más románticos como en los más aburridos y vulgares. Los hombres se sumergen tan pronto en el trabajo que ya no vuelven a emerger, a menos que se cuiden de ese peligro desde el principio. ¡En Chicago había hombres que nunca tenían tiempo de ir a ver las praderas o aprender nada disociado de los negocios cotidianos, o acerca de la región donde vivían!”, escribió en Verano en los lagos.




Ojalá la máxima sencilla de que la honestidad es la mejor política se tomara en serio; ojalá un sentido de las verdaderas metas de la vida elevara el tono de la política y el comercio hasta que el honor público y el privado fuesen idénticos...” Quien expresó estas ideas por escrito fue Margaret Fuller. Se estaba dirigiendo a los ciudadanos de su tiempo, mediados del siglo XIX en Estados Unidos, a los inmigrantes que estaban llegando al Oeste para empezar de cero, pero su deseo llega hasta el presente y nos conmueve. He sentido muy cercana a esta mujer nacida en Cambridge (Massachusetts) en 1810. Su existencia fue corta, no superó los 40 años, pero intensa y de largo alcance, pues aún hoy nos sigue inspirando a través de obras como Verano en los lagos, un ensayo muy especial, un libro de viaje que acaba de publicar en nuestro país la editorial La Línea del Horizonte.



Periodista, poeta, crítica literaria, pionera del feminismo, Fuller formó parte del movimiento trascendentalista, inspiró a Thoreau, fue admirada por Walt Whitman y mantuvo una relación de amistad, de intercambio intelectual (aunque algunos biógrafos van más allá y apuntan a un enamoramiento) con Ralph Waldo Emerson, líder de esa corriente que se desarrolló en la ya mítica localidad de Concord (condado de Middlesex en el estado de Massachusetts) y que promovía, entre otras cosas, el acercamiento a la naturaleza como vía para encontrar el sentido espiritual de la vida y entrar en contacto con la energía cósmica que lo mueve todo, esa energía que tanto se percibe en la obra de los miembros del grupo.


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