"Sin tener en cuenta el género, la posición social y la edad, los compañeros de cena deben ser elegidos por su capacidad para comer -¡y beber!- con la adecuada mezcla de abandono y contención. Tienen que disfrutar con la comida, y considerar que prepararla y saborearla es una de las artes del hombre (...) Y sobre todo, los amigos deben poseer el raro don de permanecer sentados. Tienen que ser capaces -más aún, estar deseosos- de pasarse tres, cuatro, seis horas sentados, tanto en torno a una cena de sopa y quesos como ante un banquete de veinte platos fabulosos".
El arte de comer, M.F.K. Fisher
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