Uno sale a la calle y besa a una muchacha o compra un libro, se pasea, feliz. Y le fulminan: Pero cómo se atreve?
(El arquitrabe, Compañeros de viaje, 1959)
No les gusta nuestra felicidad. Ni a los que ven en ella el mayor
peligro de su mundo tan controlado. Ni a los que miran a estos con
rencor y rabia. Ambos nos exigen: tener vidas previsibles y aseadas;
llevar nuestro compromiso hasta el enfado permanente. Risa falsa, mirada
torva. No les bastará con que cumplas las leyes si no lo haces con
extremada apariencia, golpes en el pecho y proclamas bien altas; no les
bastará con que te comprometas y opines y hagas y compartas si no lo
haces ceñudo y exigiendo siempre. Gente que no sale a la gente. No hagas
caso, la felicidad está en el medio de las dos amarguras y es
compatible siempre con todos los dolores del mundo. Nunca un fin,
siempre una búsqueda, nuestra felicidad les parece un insulto y lloverá
rencor contra ella. Sal, besa, lee, pasea.
" La evaluación de los demás no es guía para mí. Aunque los juicios ajenos merezcan ser escuchados y considerados por lo que son, nunca pueden servirme de guía...
Solo existe una persona capaz de saber si lo que hago es honesto, cabal, franco y coherente, o bien si es algo falso, hipócrita e incoherente;
Y esa persona soy yo".
Carl Rogers
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