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sábado, 21 de noviembre de 2020

sis solos soles

 Con la programación liceísta pausada a causa de las restricciones a las que obliga la pandemia, el Liceu optó por estrenar el domingo, pregrabados y gratis en su canal de YouTube, los seis monodramas que conforman el proyecto 'Sis solos soles'. La iniciativa, un nuevo impulso a la creación lírica actual de Òpera de Butxaca i Nova Creació (ÒBNC), era un encargo a seis compositores y a otros tantos libretistas de seis en las que se revisan diferentes momentos en la vida de la mujer. Las obras contaron con la dirección musical de Francesc Prat y la dirección de escena, en diferentes ámbitos del Gran Teatre, de Marc Rosich, responsable artístico de ÒBNC. Así pudo ver la luz un proyecto cancelado a pocos días del estreno previsto el pasado 1 de noviembre, uno de los pocos espectáculos con intérpretes del país del curso liceísta. 

El 'streaming' optó por la emisión de cada miniópera de manera independiente; el espectador puede verlas (accesibles hasta el domingo 22) por orden numérico o aleatoriamente. Se añoraron los subtítulos, ya que más de un libreto resultó ininteligible. La cámara al hombro tipo Dogma 95 y los encuadres casi improvisados no contribuyen al mejor visionado, pero sí a dotar a cada obra de un lenguaje austero y directo. En muchos momentos, eso sí, la iluminación dejó claro que necesitaba un apoyo expreso para la cámara.


No cabe duda que el monólogo que se lleva la palma es el último de todos, titulado Per precaució. Hay compositores que, más allá de su calidad musical, tienen instinto teatral y Raquel García-Tomás es uno de ellos. La obra, con texto de Victòria Szpunberg, se centra en los últimos días de una mujer anciana que solo encuentra consuelo en el mundo de los recuerdos que la compositora plasma con una capacidad poética hipnótica apoyada por dos intérpretes en estado de gracia. La veterana soprano Maria Dolors Aldea encuentra aquí el papel de su vida, desgranando el texto con una simplicidad y profundidad conmovedora. Cada mirada y cada gesto muestran una sabiduría y una fusión con el personaje extraordinarias. A su lado, el arpista José Antonio Domené se confirma como uno de los mejores de su instrumento en la actualidad; apoyándose en la creatividad de García-Tomás, convierte su arpa en una auténtica orquesta, con una paleta cromática de apabullante amplitud. Un monólogo, éste, que probablemente tendrá amplio recorrido.

Es de justicia cerrar este comentario resaltando dos aspectos: por un lado, una mención a Òpera de Butxaca i Nova Creació, que coproduce el espectáculo y que desde hace 25 años se ha convertido en un motor decisivo en la creación operística contemporánea de nuestro país. Y por otro subrayar la importancia de una iniciativa como ésta y felicitar a sus responsables. El Liceu, como todas las grandes instituciones musicales del país, deben contribuir a la promoción y la difusión de la obra de los creadores e intérpretes locales. Proyectos como Sis Solos Soles son, no solo un ejemplo de compromiso sino también el camino a seguir.

* Los vídeos que se insertan en esta crítica estarán disponibles en el Canal YouTube del Gran Teatre del Liceu solo hasta el 22 de noviembre.

De auténtico tour de force hay que calificar lo que hace la mezzo Lídia Vinyes-Curtis en el monólogo Cállate, con música de Francesc Prat quien, además, es el director musical de toda la propuesta. Este único monólogo en lengua castellana está escrito para voz a cappella. El único acompañamiento que tiene esta mujer al borde del suicidio es el silencio, que se acaba erigiendo en contrapunto de la voz. La cantante se entrega con convicción y medios a una línea vocal expresiva solo por momentos y un texto disperso y plagado de lugares comunes a cargo de Oriol Pla.
Más interesante en conjunto resultó No és res urgent, que aportó un toque de humor negro y desesperado. La obra de Agustí Charles remite claramente a La voix humaine, pues la protagonista trata de contactar en vano con un amante que jamás llegará a ponerse al teléfono. El autor propone un diálogo entre el violín, interpretado por Marc Charles y que, a modo cuasi wagneriano, es donde radican los verdaderos sentimientos de la protagonista, y la soprano que se engaña permanentemente. Ambos intérpretes rinden a gran nivel, destacando ese animal escénico que es María Hinojosa, capaz de traducir con convicción cualquier reto. La obra, con momentos dramáticos y otros hilarantes, encuentra su mayor hándicap en el parco desarrollo de la situación dramática y en un mensaje que acaba siendo repetitivo.
De auténtico tour de force hay que calificar lo que hace la mezzo Lídia Vinyes-Curtis en el monólogo Cállate, con música de Francesc Prat quien, además, es el director musical de toda la propuesta. Este único monólogo en lengua castellana está escrito para voz a cappella. El único acompañamiento que tiene esta mujer al borde del suicidio es el silencio, que se acaba erigiendo en contrapunto de la voz. La cantante se entrega con convicción y medios a una línea vocal expresiva solo por momentos y un texto disperso y plagado de lugares comunes a cargo de Oriol Pla.


Muy esperada era la aportación de Joan Magrané quien, a través de un libreto de Helena Tornero, narra una dramática historia de abusos e incesto. Como único espacio escénico, una escalera que lleva al sótano donde tuvo lugar la tragedia. Elena Copons, que ya había colaborado con Magrané en una ópera anterior, disPLACE, encarna con dramatismo a la víctima de esta Dànae recorda acompañada por una espectacular Judit Bardolet al violín. Precisamente el virtuosismo y dramatismo en la escritura de la parte de violín contrasta con una poco estimulante propuesta vocal que tiende a utilizar más el parlato que el canto, llevando la obra al género del melodrama.

Voraç bellesa, con música de Lucas Peire y libreto de Cristina Cordero, pretende ser hilarante y servirse de un humor surrealista retratando las peripecias musicales, gastronómicas y sexuales de una soprano al final de su carrera. Una propuesta corta de vuelo tanto musical como teatral. Desde un punto de vista musical juega a la metaópera, con referencias a famosos títulos operísticos interpretados por esta decadente y neurótica cantante interpretada con histrionismo por Marta Fiol. Le acompaña, al violonchelo, un involucrado Àlex Rodríguez Flaqué.


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