PEOR ES NADA. PEOR ES NADA. PEOR ES NADA. PEOR ES NADA . PEOR ES NADA. PEOR ES NADA.

viernes, 31 de marzo de 2017

soy una jarra llena de agua viva

“Todos nos leemos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea para poder vislumbrar qué somos y dónde vamos. Leemos para entender, o para empezar a entender. No tenemos otro remedio que leer. Leer, casi tanto como respirar, es nuestra función esencial”.
Una historia de la lectura, Alberto Manguel






" Soy una jarra llena de agua viva y agua muerta, basta que me incline un poco para que me rebosen los más bellos pensamientos, soy culto a pesar de mí mismo y ya no sé qué ideas son mías, surgidas propiamente de mí, y cuáles he adquirido leyendo, y es que durante estos treinta y cinco años me he amalgamado con el mundo que me rodea... porque yo, cuando leo, de hecho no leo, sino que tomo una frase bella en el pico y la chupo como un caramelo, la sorbo como una copita de licor, la saboreo hasta que, como el alcohol, se disuelve en mí, la saboreo durante tanto tiempo que acaba no sólo penetrando mi cerebro y mi corazón, sino que circula por mis venas hasta las raíces mismas de los vasos sanguíneos."
Una soledad demasiado ruidosa, Bohumil Hrabal,





«Tiene usted que estudiar la vida -le dijo, con voz temblorosa y llena de an­siedad. Cogió a George Willard por los hombros y le hizo volverse hacia ella, de manera que pu­diese mirarle a los ojos. Alguien que pasara por allí hubiera pensado que iban a abrazarse-. Si quiere llegar a ser escritor, no se deje embaucar por la palabrería -le explicó-. Sería preferible que no pensase en escribir hasta que estuviese me­jor preparado. Ocúpese ahora en vivir. Yo no qui­siera que uste...d se desanimase, pero me gustaría hacerle comprender la importancia de eso a que usted aspira. Tiene que ser usted algo más que un simple buhonero de vocablos. Hay que aprender a percibir lo que la gente piensa, no lo que dice.»
"La maestra", un relato de  Sherwood Anderson





lunes, 27 de marzo de 2017

Ladran , luego cabalgamos

Después de 27 años en la cárcel y ser elegido en 1994 presidente electo de Sudáfrica, Nelson Mandela compartió con el mundo entero uno de sus poemas favoritos, escrito por Marianne Williamson: “Nuestro temor más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro temor más profundo es que somos excesivamente poderosos. Es nuestra luz, y no nuestra oscuridad, la que nos atemoriza. Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, magnífico, talentoso y fabuloso? En realidad, ¿quién eres para no serlo? Infravalorándote no ayudas al mundo. No hay nada de instructivo en encogerse para que otras personas no se sientan inseguras cerca de ti. Esta grandeza de espíritu no se encuentra solo en algunos de nosotros; está en todos. Y al permitir que brille nuestra propia luz, de forma tácita estamos dando a los demás permiso para hacer lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo, automáticamente nuestra presencia libera a otros”.

Más allá de este famoso experimento, en la jerga del desarrollo personal se dice que padecemos el síndrome de Solomon cuando tomamos decisiones o adoptamos comportamientos para evitar sobresalir, destacar o brillar en un grupo social determinado. Y también cuando nos boicoteamos para no salir del camino trillado por el que transita la mayoría. De forma inconsciente, muchos tememos llamar la atención en exceso –e incluso triunfar– por miedo a que nuestras virtudes y nuestros logros ofendan a los demás. Esta es la razón por la que en general sentimos un pánico atroz a hablar en público. No en vano, por unos instantes nos convertimos en el centro de atención. Y al exponernos abiertamente, quedamos a merced de lo que la gente pueda pensar de nosotros, dejándonos en una posición de vulnerabilidad.



El síndrome de Solomon pone de manifiesto el lado oscuro de nuestra condición humana. Por una parte, revela nuestra falta de autoestima y de confianza en nosotros mismos, creyendo que nuestro valor como personas depende de lo mucho o lo poco que la gente nos valore. Y por otra, constata una verdad incómoda: que seguimos formando parte de una sociedad en la que se tiende a condenar el talento y el éxito ajenos. Aunque nadie hable de ello, en un plano más profundo está mal visto que nos vayan bien las cosas. Y más ahora, en plena crisis económica, con la precaria situación que padecen millones de ciudadanos.
Detrás de este tipo de conductas se esconde un virus tan escurridizo como letal, que no solo nos enferma, sino que paraliza el progreso de la sociedad: la envidia. La Real Academia Española define esta emoción como “deseo de algo que no se posee”, lo que provoca “tristeza o desdicha al observar el bien ajeno”. La envidia surge cuando nos comparamos con otra persona y concluimos que tiene algo que nosotros anhelamos. Es decir, que nos lleva a poner el foco en nuestras carencias, las cuales se acentúan en la medida en que pensamos en ellas. Así es como se crea el complejo de inferioridad; de pronto sentimos que somos menos porque otros tienen más.

“Ladran, luego cabalgamos”
(dicho popular)
Bajo el embrujo de la envidia somos incapaces de alegrarnos de las alegrías ajenas. De forma casi inevitable, estas actúan como un espejo donde solemos ver reflejadas nuestras propias frustraciones. Sin embargo, reconocer nuestro complejo de inferioridad es tan doloroso, que necesitamos canalizar nuestra insatisfacción juzgando a la persona que ha conseguido eso que envidiamos. Solo hace falta un poco de imaginación para encontrar motivos para criticar a alguien.
El primer paso para superar el complejo de Solomon consiste en comprender la futilidad de perturbarnos por lo que opine la gente de nosotros. Si lo pensamos detenidamente, tememos destacar por miedo a lo que ciertas personas –movidas por la desazón que les genera su complejo de inferioridad– puedan decir de nosotros para compensar sus carencias y sentirse mejor consigo mismas.
¿Y qué hay de la envidia? ¿Cómo se trasciende? Muy simple: dejando de demonizar el éxito ajeno para comenzar a admirar y aprender de las cualidades y las fortalezas que han permitido a otros alcanzar sus sueños. Si bien lo que codiciamos nos destruye, lo que admiramos nos construye. Esencialmente porque aquello que admiramos en los demás empezamos a cultivarlo en nuestro interior. Por ello, la envidia es un maestro que nos revela los dones y talentos innatos que todavía tenemos por desarrollar. En vez de luchar contra lo externo, utilicémosla para construirnos por dentro. Y en el momento en que superemos colectivamente el complejo de Solomon, posibilitaremos que cada uno aporte –de forma individual– lo mejor de sí mismo a la sociedad.

Fuente :http://elpais.com/elpais/2013/05/17/eps/1368793042_628150.html?id_externo_rsoc=FB_CM


viernes, 24 de marzo de 2017

Cuando llueve

Lluvia
La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella...
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.

Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante.
Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras
y en el alma tristeza de lo que no se sabe.
La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta de un mañana imposible
con la inquietud cercana del color de la carne.
El amor se despierta en el gris de su ritmo,
nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,
pero nuestro optimismo se convierte en tristeza
al contemplar las gotas muertas en los cristales.
Y son las gotas: ojos de infinito que miran
al infinito blanco que les sirvió de madre.
Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio
y le dejan divinas heridas de diamante.
Son poetas del agua que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.
¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,
la que llorosa y triste sobre las cosas caes!
¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas
almas de fuentes claras y humildes manantiales!
Cuando sobre los campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.
El canto primitivo que dices al silencio
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto
en un negro y profundo pentagrama sin clave.
Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte.
¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman
y eres sobre el piano dulzura emocionante
das al alma las mismas nieblas y resonancias
que pones en el alma dormida del paisaje!
Federico García Lorca


jueves, 23 de marzo de 2017

Más allá del despoblamiento

El pasado domingo, el programa de televisión Salvados se hacía eco de la dura realidad del mundo rural. Entre diversos problemas, se suele poner el foco en el despoblamiento de estas zonas -como si se tratara de un ente único- pasando de puntillas por el resto de desequilibrios que arrastran las áreas rurales. Pero el despoblamiento no es un fenómeno nuevo, ni el más transcendental para entender la realidad rural. Los investigadores del medio rural coinciden en que ya desde el siglo XVIII se practicaron iniciativas de repoblación que se repetirán hasta bien entrado el franquismo, cuando se produce el gran éxodo a las ciudades en busca de oportunidades laborales.
Lejos de minimizar el problema, es cierto, las áreas rurales continúan despoblándose y una parte de ellas corre el riesgo de desaparecer. De los 8.125 pueblos que vertebran nuestro territorio, seis de cada diez municipios rurales tienen una población menor de mil habitantes y se encuentran en riesgo de extinción. Pero no es menos cierto que la población del mundo rural se mantiene estable desde 1980 rondando los 10 millones de habitantes, incluso se ha producido un aumento poblacional en las cabeceras comarcales. Es en su proporción sobre el total de la población donde se observan la perdida de efectivos respecto a las ciudades; en 1981 la población rural representaba el 26% del total, en 2011 solo incluye al 21%. “Reflexionar sobre la despoblación tiene que ver con las miradas urbanas a lo rural, con el sentimiento de pérdida, con la búsqueda de vínculos comunitarios, de regresos a lo natural y de recreaciones patrimoniales. Efectivamente, hay una España vacía, apenas poblada desde hace medio siglo, pero también hay una memoria urbana del despoblamiento sufrido durante la modernización, que se acerca a lo rural desde ese punto de vista”, sostienen los catedráticos de sociología de la UNED Julio A. del Pino y Luis Camarero.
Pese a esa mirada del mundo urbano hacia el rural, en los últimos tiempos se han acrecentado las diferencias entre los núcleos de menos de 1.000 habitantes y los que atraen hasta 5.000, resaltando cada vez en mayor grado una España rural de dos velocidades. Aquellos pueblos de interior que antiguamente han estado dotados de peores comunicaciones y más alejados de las áreas urbanas -en el Sistema Ibérico y Central, Pirineos, Macizo Galaico o las Cordilleras Béticas- sí que puede estar abocados a la desaparición tal y como los conocemos ahora, con gente viviendo en ellos durante todo el año. Hablamos de las comunidades con mayor índice de población rural, como es el caso de Castilla y León (25’9%), Extremadura (20%) y Aragón (17%). “Son núcleos con población muy envejecida. En cuanto se trasladen a donde viven sus familiares para que les puedan cuidar, porque en el pueblo no hay servicios que permitan quedarse, esas áreas van a desaparecer. Vamos a experimentar un poblamiento distinto al que estamos acostumbrados”, relata el doctor en geografía rural de la Universidad de Valencia Jaime Escribano.
"Las áreas urbanas han crecido inmensamente en comparación con las rurales"
El cambio más significativo que se ha producido en las últimas décadas tiene que ver con la concentración de la población en torno a las llamadas cabeceras comarcales. Estos enclaves muestran una tendencia totalmente contraria y atraen población favorecidas por la gente que busca una mayor calidad de vida, una menor contaminación, que han sido expulsadas de la urbe por los precios de la vivienda; y la inmigración que ha sido muy significativa en las áreas rurales del litoral Mediterráneo. “Hay zonas de España que están cada vez más despobladas, pero el diagnóstico no es tan sencillo. Lo que ocurre es que en las áreas rurales la gente está continuamente moviéndose y los pueblos más pequeños quedan ligados al sistema de movilidad de las áreas comarcales. Estas cabeceras comarcales concentran la población que antes estaba diseminada porque son las zonas dónde encuentran todos los servicios que han desaparecido en sus pueblos. Hay que entender que en la propia definición de las áreas rurales está el despoblamiento, son áreas menos pobladas que las urbanas y lo que ha ocurrido es que, en términos relativos, las áreas urbanas han crecido inmensamente en comparación con las rurales”, detalla el catedrático de la UNED Julio del Pino.
Para este sociólogo, las principales desigualdades que se detectan en las áreas rurales respecto a las urbanas tienen que ver con el envejecimiento de la población, la desigualdad de género y la movilidad: “La carga de cuidados que tienen las áreas rurales es muy fuerte y eso hay que atenderlo de alguna manera. No basta con decir que no hay presupuesto. En lo que respecta a las mujeres no es que haya más machismo en las áreas rurales, sino que en estas áreas se acentúan las desigualdades porque los hombres tienen los puestos de trabajo buenos y las mujeres se quedan en casa, tienen trabajos precarios y están soportando la carga de los cuidados. La tercera pata es la movilidad, en estos pueblos es vital. Si uno no tiene acceso a la movilidad en un área rural no puede hacer nada. Muchas veces el tema de los servicios no es tanto que en cada pueblo pequeño haya esas dotaciones, sino que haya una buena accesibilidad a los servicios, comarcalizando por ejemplo. Y con la crisis estas tres desigualdades lo único que han hecho ha sido acentuarse. La población es cada vez más mayor, hay menos trabajo, menos servicios y las mujeres no vuelven al pueblo”.
"En los pueblos las mujeres sufren el doble de escasez de servicios y falta de empleo"
En este panorama desolador las mujeres son las mayores perjudicadas por la falta de expectativas laborales y las que, o acaban marchándose a la ciudad, o soportan la carga de los cuidados. “En los pueblos, las mujeres sufren el doble la escasez de servicios públicos y la falta de empleo. Tenemos el mayor fracaso de las políticas destinadas a áreas rurales, como es la Ley de Titularidad Compartida. Esta ley estaba pensada para que las mujeres que trabajan en las explotaciones familiares, se calcula que son un tercio del total, figuraran en la propiedad junto al varón y no como una mera ayuda. Estaba tan mal hecha que en los 10 años que lleva en marcha se han acogido a este plan diez o doce mujeres en toda España. Para los miles de mujeres que están trabajando en las fincas en negro y de manera invisible, lo importante es que puedan ver reconocido su trabajo y cobrar justamente por él. En una explotación agraria la idea de compartir la titularidad no funciona”, sostiene Blanca Ruibal de la organización Amigos de la Tierra.
La brecha de género es uno de los grandes desequilibrios del campo respecto a la ciudad. La pirámide de población rural arrastra un profundo ensanchamiento de la población masculina entre los 50 y los 80 años; mientras que la de las mujeres sufre un severo estrechamiento desde el nacimiento hasta los 70 años. Como veíamos en el programa Salvados, en los pueblos pequeños es habitual encontrar hombres viviendo solos debido a la falta de oportunidades para las mujeres. “Hay un montón de varones que viven con los padres porque están dedicados a la pequeña explotación familiar. Eso está sobrerrepresentado en las áreas rurales y las mujeres se quedan en el mundo rural si tiene algún tipo de lazo familiar o personal, porque si no económicamente no las compensa”, destaca Julio del Pino de la UNED.
Las cifras que afectan a la actividad laboral y a la pérdida de servicios públicos en el ámbito rural son desoladoras. En educación, de los 91.800 alumnos matriculados antes de la recesión se ha pasado a 66.223 en el curso 2013-2014. Castilla y León es la comunidad que registra un mayor descenso con 4.935 alumnos menos y con un descenso del 30% en el presupuesto para el servicio de transporte. En sanidad, los recortes en atención primaria ascendieron a 1.551 millones, un 4% más que en el conjunto del sistema sanitario. Comunidades como Aragón se llevan la peor parte con el cierre de 60 consultorios locales en los últimos cinco años; así como la supresión de los servicios de urgencias rurales en Castilla y León, Extremadura, Cataluña o Castilla-La Mancha.
"La realidad de los pueblos pequeños no tiene que ver con la infancia, sino con la gente mayor"
Pero el mayor causante del deterioro de la vida rural es el empleo, asegura el geógrafo Jaime Escribano: “Siempre pensamos en los servicios públicos y la escuela rural de pueblo, pero el mayor pegamento para un pueblo son los puestos de trabajo. A partir del trabajo la gente decide donde vive, y después se construye el colegio y el resto de servicios. La realidad de los pueblecitos pequeños de los que estamos hablando no tienen que ver con la infancia, sino con la gente mayor. Mientras en las áreas comarcales hay una revitalización y pide mayor población joven, en estas áreas apartadas no. Aquella medida de distintas comunidades de eliminar los servicios médicos de urgencia sí que fue importante porque, aunque ese servicio muchas veces no se utilice, genera una tranquilidad para poder vivir en ese entorno sin preocupaciones”. En 2013, el presupuesto del Ministerio de Agricultura perdía 1.680 millones de euros –un 25% del total-. Se eliminaban en la totalidad partidas para la prevención de plagas, nuevas tecnologías, fomento del asociacionismo o defensa sanitaria. Otras partidas caían sensiblemente, como la de seguros agrarios, desarrollo rural, modernización de explotaciones y la instalación de jóvenes agricultores.
Para paliar tal abandono del campo y del medio rural, el gobierno socialista promulgó en 2007 la Ley para el Desarrollo Sostenible del Medio Rural como un intento para localizar comarcas deprimidas y en proceso de desactivación, con una dotación de 1.800 millones de euros. Con la llegada del Partido Popular al gobierno en 2011, la financiación quedo aparcada y la ley guardada en el cajón. “Aquella ley hacia un gran diagnóstico de la realidad rural y era una ley participativa. Cuando se habla de solidaridad interterritorial se habla de dar dinero a las comunidades con unos parámetros muy discutibles y ese dinero no acaba llegando a las zonas deprimidas. Mientras que en la Ley de Desarrollo Rural el dinero iba directamente a la comarca deprimida y el plan de actuación lo hacía la gente que vive en el territorio. Por eso, más allá de sectarismos, fue una buena ley del PSOE participativa en la elaboración de los presupuestos y de destino finalista”, sostiene Pedro Arrojo -diputado del grupo Unidos Podemos-. El pasado mes de febrero, el diputado por Zaragoza de UP presentaba en la Comisión de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente una Proposición No de Ley para recuperar los fondos de desarrollo rural. La propuesta se llevará al Pleno del Congreso a finales de marzo y cuenta con el apoyo de todos los grupos parlamentarios a excepción del PP.
Una de las principales medidas que lastró la actividad en el campo fue la aprobación en 2004 por parte de la Unión Europea del reglamento referente a las normas higiénico-sanitarias para las producciones agroalimentarias. Este reglamento, pensado para controlar a las grandes industrias, conlleva requisitos inasumibles para las pequeñas explotaciones familiares. “Teníamos actividades de transformación de productos naturales de altísima calidad alimentaria que se han cerrado porque las condiciones teóricas de salubridad son las que se dan en la agroindustria y para un pequeño productor son inaccesibles. De hecho, la mayoría de esas partidas para mejorar el control de plagas y la defensa sanitaria se suprimieron en 2012. Dentro de la norma general, la Unión Europea permitía ciertas excepciones a cada país miembro. En Francia lo regularon de manera específica para que, con condiciones sanitarias adecuadas, haya una excepción y esos productos se pueden vender fuera del territorio. Desde la pretendida política de la salud Pública se han impuesto al medio rural medidas insostenibles que han lastrado todo ese tejido productivo”, denuncia Pedro Arrojo de UP.
El X Foro por un “Mundo Rural Vivo” se reunía la pasada semana en la localidad conquense de Minglanilla para abordar las distintas soluciones de cara a alcanzar una soberanía alimentaria para estos territorios. El diagnóstico que hacen las distintas asociaciones presentes en el encuentro es que hacen falta políticas públicas lo suficientemente fuertes para que dejen de cerrar explotaciones agrícolas y ganaderas. “En los últimos tiempos se han dado una serie iniciativas como la compra pública de alimentos por parte de las administraciones para colegios y hospitales. Si estas compras se centrasen en favorecer los productos locales y favorecer el tejido agrario de cada municipio, sería una herramienta con un gran potencial para crear empleo y mantener los pueblos vivos. También estamos conociendo distintas iniciativas de formación para crear empleo en los municipios despoblados, empoderando a gente para que se dedique a actividad agraria o ganadera. El lugar en el que se realizó el foro es uno de los lugares más despoblados de España, la gente siente que la están echando y que viven en un mundo en el que la gente de las ciudades es ajena a la realidad del campo”, mantiene Blanca Ruibal de Amigos de la Tierra.

Fuente:http://www.publico.es/sociedad/realidad-mundo-rural-alla-despoblamiento.html

La panadería de Moranchel


En Moranchel estamos de enhorabuena.La panadería que se inauguró en el año 2012 y tuvo que cerrar  a los pocos meses ha vuelto a abrir sus puertas, solo abrirá los fines de semana por el momento.Son una delicia sus especialidades en dulces y salados.El establecimiento consta de  dos plantas y un jardín interior.En la planta baja está la panadería y pastelería.En la planta primera una pequeña cafetería donde se sirven los mejores cafés de la comarca y también tiene un rincón para exposiciones , un rincón para música en directo y un rincón para una pequeña biblioteca.

El jardín es un lugar lleno de fuentes, árboles y estanques para disfrutar los días soleados.

Aquí os dejo el enlace a su página web
http://lapanaderiademoranchel.blogspot.com.es/ 

 Y aquí la fotografía de la panadería con su fachada trampantojo.


lunes, 20 de marzo de 2017

tratar de vivir

El sentido de la vida] no es nada muy especial. Intenta ser amable con la gente, no comas grasa, lee un buen libro de vez en cuando, camina un poco, y trata de vivir en paz y armonía con la gente de todos credos y naciones". Monty Python





merezco una primavera

"Como dijo Virginia Woolf, 'Merezco una primavera. No le debo nada a nadie"




jueves, 16 de marzo de 2017

una mujer sonriente

Volver a la carga. Renacer. Respirar hondo y cerrar los ojos un instante. Echarle un pulso a la vida. Mirar adelante y dar un primer paso. Ya irá llegando todo lo demás...







"Me despierto antes del alba, a las 5.45, las campanas tañen tres veces a lo lejos y, un momento después, muy cerca. Los instantes más fervorosos de mi vida los he pasado escuchando en la cama, de noche, esas campanas. Me inundan, me sacan de mí mismo. De pronto sé dónde estoy: soy parte de esta ciudad, y soy feliz. Me asomo por la ventana y me lava el aire frío, aire que parece que nadie ha respirado todavía. Pasan tres chicos en moto, casi cogidos de la mano. Y luego empieza el puro, melancólico, primer azul matutino. El aire en que uno se baña. El eléctrico chillido de un tren. Tacones sobre la acera. Los primeros pájaros. No puedo dormir."
Juego y distracción, James Salter,







"Lo que pensamos determina lo que somos y lo que hacemos, y, recíprocamente, lo que hacemos y lo que somos determina lo que pensamos."
Aldous Huxley






"No hay en el mundo fortuna mayor, creo, que la incapacidad de la mente humana para relacionar entre sí todo lo que hay en ella. Vivimos en una isla de plácida ignorancia, rodeados por los negros mares de lo infinit...o, y no es nuestro destino emprender largos viajes. Las ciencias, que siguen sus caminos propios, no han causado mucho daño hasta ahora; pero algún día la unión de esos disociados conocimientos nos abrirá a la realidad, y a la endeble posición que en ella ocupamos, perspectivas tan terribles que enloqueceremos ante la revelación, o huiremos de esa funesta luz, refugiándonos en la seguridad y la paz de una nueva edad de las tinieblas..."




Escribo
en defensa del reino
del hombre y su justicia. Pido
la paz
y la palabra. He dicho
...
«silencio»,
«sombra»,
«vacío»
etcétera.
Digo
«del hombre y su justicia»,
«océano pacífico»,
lo que me dejan.
Pido
la paz y la palabra."
Recordando al poeta bilbaíno Blas de Otero





"Ya sé que en las librerías de hoy se venden muchos libros que no son libros, que los abres y no hay nada escrito en ellos aunque los veas manchados de letras en todas las páginas, una cantidad enorme de frases que no dicen nada. Leer es otra cosa: es una experiencia única, una expedición al fondo de uno mismo, abrirse al mundo y al otro. Eso es la literatura, algo magnífico que te hace ver cosas nuevas que desconocías."
Peter Handke







"¡Ah, qué felicidad hallarse con gente que rebosa felicidad, estrechar la mano, rozar las mejillas, sonreír a los ojos!"
Fiesta en el jardín, Katherine Mansfield






"En consideración a los niños
que seguimos siendo,
los cuentos de hadas terminan bien.

Aquí tampoco puede haber ningún otro final. ...
Cesará la lluvia,
bajarán las olas,
sobre el despejado cielo
se descorrerán las nubes
y serán de nuevo
como deben ser las nubes sobre todo el mundo:
elevadas y frívolas,
semejantes a felices islas,
borreguitos,
coliflores,
y pañales
secándose al sol. "

Fragmento de "Al arca" de Wislawa Szymborska




“La idea de que me iré de un mundo que está cada vez peor no me gusta, porque siempre pensé que era mi deber dejar al mundo mejor de cómo lo había encontrado. Pero si se tiene el hábito de ver cada día como una jornada completa, envejecer es interesante. Todos los días se conoce una persona nueva, una puesta de sol nueva. Todos los días pasan cosas hermosas”.
Grace Paley



"El poeta inglés A. E. Housman dijo algo que me gusta mucho: dijo que cuando se afeitaba por las mañanas y recordaba de repente un verso bien escrito, su piel se erizaba y detenía la navaja... Ese es el tipo de sensación que busco cuando leo: algo que detenga la navaja."
Tobias Wolff




lunes, 13 de marzo de 2017

domingo, 12 de marzo de 2017

vida Interior

"Hoy en día, hemos perdido nuestra interioridad y recuperarla es lo más importante que podemos hacer en la vida. Si podemos hablar de la misión de un escritor hoy en día sería esa: recordar a la gente que tiene una vida interior. La vida no son los últimos gadgets o el consumismo, sino la conciencia de uno mismo, eso es lo que le da valor, lo que hace que merezca ser vivida. La manera en que la gente se pregunta quién es, qué nos pasa, de qué va todo esto."
Mircea Cartarescu


sábado, 11 de marzo de 2017

desde mi perspectiva

John Banville y su última novela "La guitarra azul", Alfaguara
"Siempre he pensado que uno de los aspectos más deplorables de la muerte, aparte del terror, el sufrimiento y las heces, es el hecho de que cuando yo no esté, nadie contemplará el mundo desde mi perspectiva. No me malinterpretéis, no me hago falsas ilusiones sobre mi importancia en e...l intrincado esquema de las cosas. Vendrán otros con otras visiones del mundo, incontables billones, una mezcolanza de mundos, cada visión inseparable de cada individuo, pero la que yo habré creado, por el mero hecho de mi breve paso por él, se perderá para siempre. Ese pensamiento me angustia, más incluso que la idea de la desaparición de mi ser"



lunes, 6 de marzo de 2017

y si....


Después de años y años en los que desde la España despoblada dijimos nos estamos muriendo y nadie nos escuchó es ahora, en la última agonía, cuando como somos una especie en extinción, cuando todo el mundo se indigna y se lleva las manos a la cabeza. Pero en vez de tomar medidas se crean comisiones de expertos en Madrid o en las capitales autonómicas que nunca han vivido y conocido el problema.( Esther Lafuente).


¿Y si su pueblo desapareciera? El próximo domingo día 12 de marzo 2017 . El programa de Jordi Évole Salvados analiza  "la España vacía"

Margarita y yo

Margarita y yo from Mas o Menos Regular on Vimeo.

domingo, 5 de marzo de 2017

Una vida pequeña

ACABA DE fallecer una amiga de mi madre llamada Lola Monte. Ha muerto bien, tenía 95 años. Ningún reproche al destino, por lo tanto. Era diminuta de estatura, y su vida también podría considerarse una vida pequeña, a pesar de la longevidad. La adolescencia en la guerra, la juventud en la hambrienta posguerra, muchos años trabajando como administrativa, una larga jubilación, un buen puñado de viajes con amigas que se le fueron muriendo, un amado perro que también se marchó, un gusto artístico innato con el que estuvo haciendo primorosos bordados y preciosas muñecas hasta que su mala vista le impidió seguir. Y es que cumplir tantos años, ya se sabe, es asistir a la progresiva desaparición de tu mundo. Nunca tuvo pareja, tampoco tuvo hijos, y esa extrema escasez de familia (por fortuna contaba con un sobrino) hizo que su soledad de anciana pareciera más sola. Carecer de descendencia, haya sido o no una opción voluntaria, te coloca en una situación un poco extraña en la larga línea de la vida. Por encima de ti se remontan generaciones y generaciones de humanos triunfantes que consiguieron mantenerse vivos hasta más allá de la pubertad, y aparearse, y tener crías sanas a las que alimentaron y protegieron hasta que a su vez se hicieron adultas y procrearon; y ese dilatado historial de éxitos se estrella ahora contigo (yo tampoco tengo hijos). Tanto esfuerzo genético para acabar en ese acantilado. Produce cierto vértigo, sobre todo cuando se mira desde el final.

Lola, en fin, no inventó la penicilina ni pintó la Gioconda. Su vida es una más en el atronador tumulto de las vidas humanas

Lola, en fin, no inventó la penicilina ni pintó la Gioconda. Su vida es una más en el atronador tumulto de las vidas humanas. “Mi existencia no ha sido diferente en nada de la de mucha, mucha gente”, dice Iván S. Turguénev en su novela Diario de un hombre superfluo: “La casa paterna, la universidad, el servicio civil ostentando un rango bajo, la dimisión, un reducido círculo de amistades, pobreza aseada, placeres modestos, ocupaciones limitadas, deseos moderados: díganme, por el amor de Dios, ¿quién no conoce todo eso?”.
Paterson, la última película de Jim Jarmusch, habla justamente de eso. De la pequeña vida de un conductor de autobús en una ciudad de Estados Unidos. De sus rutinas. De la relación con su pareja. Del ansia indefinible que nos aletea a todos dentro. Sueños de dicha, atisbos de belleza, la añoranza de una plenitud que en realidad nunca hemos conocido y que no conoceremos jamás. Paterson escribe poemas. Algún verso tiene encanto, pero tampoco son muy buenos. Esta película no narra la juventud de un hombre que se convertirá en un gran poeta laureado, sino que es la historia de un conductor de autobús que se jubilará siendo conductor de autobús y escribiendo poemas para sí mismo. Y, sin embargo, estoy segura de que concibe sus versos con la misma emoción y el mismo barrunto de grandeza que Shakespeare. Su futuro y sus ansias le importan muchísimo. A todos nos importa tanto nuestra existencia como si fuéramos el hombre o la mujer más relevantes del planeta. Todos anhelamos encontrar un sentido.


La magnífica novela Stoner, de John Williams, muestra una de esas pequeñas vidas en toda su extensión. Un muchacho de pueblo que se convierte en profesor universitario, que tiene ilusiones y cree que el porvenir es un paquete de regalo a punto de abrirse para él; que se embelesa con la literatura; que ama; que odia; que se desilu­siona; que hace una carrera mediocre; que no alcanza ninguno de sus sueños. Y que, a pesar de todo, acepta su destino con serenidad y sin quejarse. Porque incluso la vida más diminuta está iluminada por la intuición de la belleza, que es ese don artístico que todos tenemos y que nos hace el mundo habitable. Stoner es sabio y es digno porque asume la realidad desnuda, la minúscula cosa que es vivir.
Y eso mismo hizo Lola. Fue una guerrera infatigable, fue valiente, fue capaz. Fue una buenísima persona y siempre llevaba una sonrisa en los labios. Como Stoner, aceptó los logros y las carencias, y su anónima existencia no es en nada inferior a ninguna otra. Los constructores de imperios se mezclan con las modestas lavanderas dentro de la larga oscuridad. Todo es un leve sueño, todos somos pequeños en el inmenso e indiferente abismo del tiempo.
Rosa Monterohttp://elpaissemanal.elpais.com/columna/rosa-montero-una-vida-pequena/

sábado, 4 de marzo de 2017

Amo este mundo físico





" amo a este mundo físico. Y el viento y la música. El patio, la grava en la entrada. La hierba. Las noches frescas. Estar en la cama a oscuras y hablar contigo "





jueves, 2 de marzo de 2017

se abren las flores

Y después de los almendros vendrán los prunos y los cerezos y todos los frutales. Se abrirán a la luz aunque tú estés fatigado y pensativo y hayas decidido sentarte en una piedra en la cuneta. Todavía quedan heladas y vientos y lluvias rabiosas de las que empapan con violencia las tierras. A veces, ¿verdad?, todo es eso. No es derrota, ni abandono. Podrías haber seguido caminando hacia el siguiente pueblo o correr para refugiarte en aquel cuarto de era o en el pórtico de la ermita junto a la chopera, buscado un poco más allá, en la loma en la que nace el sendero, un rinche que te devuelva la dimensión de tu cuerpo. Podrías haber entrado en el bar que hay al pasar la plaza de la iglesia y pedir un café con leche en vaso de tubo y tomarlo con la lenta ansiedad de quien se agarra a una tabla de náufrago. Pero aquí te quedas, en mitad del camino, subiéndote las solapas del abrigo mientras atardece y alentando en el hueco de las palmas de tu mano para calentarte el rostro. Se abren las flores lentamente, con la frágil belleza que dura un día, un día que ya nunca será como los otros.
Texto:Pedro Ojeda